La creatividad es una de las capacidades más importantes y útiles del ser humano. Esto es así porque le permite, justamente, crear e inventar nuevas cosas, objetos, elementos a partir de lo que ya existe en el mundo. La idea de creatividad proviene justamente de la idea previa de «crear», por lo cual el acto de inventar o generar algo nuevo está vinculado siempre en mayor o menor grado con el uso de la mencionada habilidad. Si tenemos en cuenta que el ser humano se caracteriza por adaptar la naturaleza y lo que lo rodea a sus necesidades, comprenderemos por qué entonces en esto es central la creatividad: la capacidad de pensar en algo nuevo y mejor es lo que hace que la sociedad y la civilización humana avance en definitiva hacia nuevas y mejores formas de convivencia.
La creatividad surge en el ser humano principalmente como un método de subsistencia. ¿Por qué? Porque el hombre ha debido entender a lo largo del tiempo y de la historia que los problemas que se le presentaban podían ser solucionables y que para todo valía la pena buscar una alternativa, algo nuevo, una solución que le permitiera seguir adelante. Así sucedió cuando aproximadamente en el 8500 a.C. el ser humano aprendió a cultivar las semillas que antes recolectaba y logró así revolucionar la historia pero además mejorar su vida y asegurar su subsistencia.
La creatividad es analizada científicamente para lograr entender mejor el comportamiento humano
Hemos señalado ya que la creatividad es el medio gracias al cual el ser humano puede, en definitiva, subsistir. La creatividad se relaciona directamente con el acto de crear. Para la ciencia esto ha sido siempre un elemento de profundo interés y desde que en el siglo XIX comienza a estudiarse con mayor rigor el funcionamiento del cerebro humano hasta el día de hoy, las teorías que hablan de la creatividad son muchas. En la actualidad se acepta en el ámbito académico que el cerebro humano funciona de una manera muy particular: cada hemisferio hace su aporte para que podamos desarrollar distintas actitudes, aprendizajes, acciones, estrategias de supervivencia, etc.
La teoría de los hemisferios cerebrales marca que el hemisferio izquierdo es el que nos permite desarrollar actitudes lógicas, matemáticas, racionales, lingüísticas, estructuradas y ordenadas. La creatividad no tiene tanto lugar en este hemisferio, pero sí está presente en el hemisferio derecho. Este es responsable de todo lo que imaginamos, de lo que creemos posible, de la libertad y de sentirnos poderosos de crear cualquier cosa. También allí se localizan los sentimientos, lo cual actúa muchas veces como disparador de nuevas invenciones: el amor, el miedo.